"Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas: La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en Él; porque no hay diferencia; por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios".
La justicia de Dios es lo primero que debe buscar todo hombre. "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia". Y en el camino de la justicia, hay vida. No es posible separar la vida de Dios de la justicia de Dios. Tan ciertamente como tienes la justicia de Dios, tienes su vida.
Y "ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado". Ahora, significa: hoy, en este momento, mientras lees. En este preciso momento, pues, la justicia de Dios se ha manifestado a "todos los que creen en Él". ¿Crees en Jesucristo ahora, en este momento? Si dices, ‘Sí’, entonces la justicia de Dios se manifiesta ahora –en este mismo momento– en y sobre ti. ¿Lo crees así? La palabra de Dios así lo afirma. ¿Lo afirmas tú? Si tú no lo afirmas, entonces, ¿puedes decir que crees la palabra? Si el Señor dice claramente que su justicia se ha manifestado ahora a ti y sobre ti, y tú dices que no te ha sido ahora manifestada, ¿estás creyendo realmente al Señor? Si Él te dice algo llanamente, y tú dices que en tu caso eso no es cierto, ¿pretendes estar creyéndolo en verdad?
El Señor espera que afirmes que es cierto lo que Él dice; que es cierto "ahora", en este momento; y que es cierto para ti, y en ti. "Os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en Él y en vosotros". Cuando el Señor dice algo, es verdad, incluso aunque nadie en el mundo lo creyese. En tal caso, sería verdad en Él, pero no en ellos. Pero Él quiere que sea cierto en ti, así como en Él. Cuando reconoces que lo que el Señor dice es cierto para ti "ahora", en este momento, entonces es cierto en Él y en ti. Eso es creer en Dios. Es creer en su palabra. Su palabra mora entonces en ti. Y "si estuviereis en mi, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho".
Muchos son los dispuestos a admitir, de una manera general, que lo dicho por el Señor es cierto. Admitirán igualmente que puede ser cierto también para otros. Pero que sea cierto para ellos, precisamente ahora, eso ya no pueden aceptarlo. Los tales no conocen realmente que la palabra de Dios es verdadera. "¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios". Si no la tienes para contigo, en lo que a ti respecta, entonces no tienes fe en absoluto. Si no crees que la palabra del Señor es verdadera para ti personalmente, y ahora, entonces no crees en absoluto. Puesto que no estás viviendo ayer ni mañana, sino precisamente ahora –entre tanto que se dice Hoy–, si ahora no crees, es que no crees en absoluto. De manera que la palabra de Dios declara que "ahora es el tiempo aceptable, ahora es el día de la salvación"; y "ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas: La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en Él; porque no hay diferencia; por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios".
¿Crees en Jesucristo como tu Salvador personal, ahora? Puedes responder a lo anterior sin ninguna dilación. Sabes que en realidad, estás respondiendo (en un sentido o en otro). Entonces, agradece al Señor, ahora, porque su justicia se haya manifestado en ti y sobre ti. El Señor no solamente te dice que es así; además testifica del hecho. Testifica "por la ley y por los profetas". Esa ley que transgrediste, la misma que te ha declarado culpable ante Dios, precisamente esa ley, ahora, en virtud de la manifestación de la justicia de Dios, testifica que te has apropiado cabalmente de su justicia, y que por lo tanto, estás justificado por la fe de Jesucristo. Los profetas testifican igualmente de ese bendito hecho. "En el momento en que el pecador cree en Cristo, queda libre de condenación ante Dios, ya que la justicia de Cristo viene a ser suya: la perfecta obediencia de Cristo le es imputada". ¿No es eso suficiente para que ahora digas, si es que nunca antes lo dijiste, que "ahora… la justicia de Dios se ha manifestado" en y sobre ti, que crees ahora en Jesús?
"Siendo justificados gratuitamente por su gracia, por la redención que es en Cristo Jesús; al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento a haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados". ¿Preferirás ahora tener la justicia de Dios, o preferirás tus pecados? Prefieres la primera. Muy bien. Dios "ha propuesto" "ahora" a Cristo "para manifestación de su justicia, atento a haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados". ¿Dejarás ahora que se vayan los pecados, en este momento, y tomarás la justicia que se ha propuesto darte, y que te ofrece gratuitamente ahora mismo? "Siendo justificados gratuitamente". "Siendo" es un tiempo verbal presente. "Habiendo sido" sería pasado. "Yendo a ser" sería futuro. Pero "siendo" pertenece al presente. Por lo tanto, el Señor dice virtualmente de ti, y a ti que crees en Él, ‘Siendo [ahora, en este momento] justificado gratuitamente por su gracia, mediante la redención realizada por Cristo Jesús,… pasando por alto, en su paciencia, los pecados pasados".
Pero el Señor no termina el asunto ahí; destaca el poder real y la bendición de ese acto feliz. "Con la mira de manifestar la justicia en este tiempo". Primeramente dice que es "ahora" cuando "la justicia de Dios se ha manifestado, para todos los que creen en Él"; luego dice de todos ellos, "siendo justificados gratuitamente"; y después recalca lo anterior con estas palabras: "con la mira de manifestar la justicia en este tiempo". ¡Oh, pobre alma temblorosa y dubitativa! ¿No te ofrece eso la suficiente seguridad de que ahora, en este momento, es tuya la justicia de Dios? ¿que ahora estás siendo justificado gratuitamente por su gracia? ¿que ahora, "en este tiempo", te ha sido manifestada la justicia de Dios para remisión de todos tus pecados pasados?
¿Acaso eso no te basta? Le basta al Señor, ya que dice: "Con la mira de manifestar su justicia en este tiempo: para que Él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús". Por lo tanto, si es suficiente para satisfacer plenamente al Señor, ¿no lo va a ser para satisfacerte a ti? ¿Te apropiarás ahora de la plenitud de ese bendito "don de la justicia" que es vida, de tal manera que el Señor, viendo "del trabajo de su alma" sea saciado, y que al ver tu gozo, sea doblemente satisfecho? Eso es todo cuanto pide de ti. Porque "al que no obra, pero cree en aquel que justifica al impío, la fe le es contada por justicia".
He aquí la palabra de Dios, la palabra de justicia, la palabra de vida para ti hoy, ahora. ¿Serás hecho justo por ella ahora? ¿Vivirás ahora por ella? Eso es justificación por la fe. Es la cosa más simple del mundo. Tan sencillo como si la palabra de Dios será verdadera para ti "ahora", o no. Dios dijo a Abraham, "mira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente. Y creyó a Jehová, y contóselo por justicia". "Y no solamente por él fue escrito que le haya sido imputado; sino también por nosotros, a quienes será imputado, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación. Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo". "Ahora", "en este tiempo" es cierto; es cierto en Él. Hoy, ahora, que sea cierto en ti.
Review and Herald, 10 noviembre 1896
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