LIBERACIÓN

"Vivid según el Espíritu, y no satisfaréis los deseos malos de la carne" (Gál. 5:16).

¡Qué magnífica promesa! Magnífica en verdad, para todo aquel que cree.
Piensa en los deseos malos de la carne. ¡Cuán extendidos están, y cuán severos son sus clamores! ¡Cuán opresivo es su dominio! ¡Cuán miserable la esclavitud que imponen al hombre!

Todo el mundo los ha experimentado –deseando hacer el bien que quiere, para hacer solamente el mal que aborrece; teniendo la voluntad de hacer lo mejor, pero sin encontrar la manera de lograrlo; deleitándose en la ley de Dios según el hombre interior, pero encontrando otra ley en sus miembros que está en pugna contra la ley de su mente, y que lo lleva en cautividad a la ley del pecado que rige en sus miembros; llevándole a clamar por fin, "¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?" (Rom. 7:14-24).

Gracias a Dios, hay liberación. Se encuentra en Cristo Jesús y en el Espíritu divino (Rom. 7:25; 8:1 y 2). Y siendo que en Cristo Jesús, la ley del Espíritu de vida os ha hecho libres de la ley del pecado y muerte, "vivid según el Espíritu, y no satisfaréis los deseos malos de la carne". No es solamente que haya liberación de la esclavitud a la corrupción: la gloriosa libertad de los hijos de Dios está igualmente a disposición de todo aquel que recibe al Espíritu, y vive según Él.
"Vivid según el Espíritu, y no satisfaréis los deseos malos de la carne".

Obsérvese la lista de las obras de la carne: "adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, explosiones de ira, contiendas, divisiones, sectarismos, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes". No llevaréis a cabo ninguna de esas cosas; tenéis la victoria sobre todas ellas cuando vivís según el Espíritu. Así lo afirma la fiel palabra de Dios.

¿No es ese un estado deseable? ¿Acaso podemos imaginar algo mejor? Y teniendo en cuenta que se obtiene pidiéndolo y tomándolo, ¿no valdrá la pena pedirlo y tomarlo?
Acepta la liberación que Cristo ha traído para ti. Manténte, y manténte firme en la libertad en la que Cristo nos ha hecho libres.

"Pedid, y se os dará". "Porque cualquiera que pide, recibe" . "Tomad el Espíritu Santo". "Sed llenos del Espíritu". Sí, "andad en Él", el "Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención".
Review and Herald, 14 marzo 1899

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